«Tu calidad de vida es directamente proporcional a la cantidad de incertidumbre con la que puedes vivir cómodamente» Tony Robbins

 

Déjame compartir contigo una historia personal. Hace años fui a Venezuela a impartir unos talleres sobre oratoria a grupos de altos directivos de todo el país. La información que había recibido por los organizadores no había sido del todo completa y los contenidos que preparé no estaban ajustados a las necesidades reales de los participantes. Lo supe a los 10 minutos de haber comenzado. Me asusté cuando percibí que los participantes necesitaban otra facilitación de la que yo tenía preparada. En ese momento, no podía hacer un descanso pues solo habían pasado 10 minutos así que me concentré y pensé: ¡Haz lo que tú les estás pidiendo a ellos: improvisar y crear algo nuevo con rapidez.
Rehice la agenda sobre la marcha y en una hora todos los participantes disfrutaban de la experiencia. Eso lanzó un nuevo nivel de facilitación en mí, y también me enseñó la inventiva. En ese momento, supe que podía manejar mucho más. Desde entonces, he tenido docenas de ejemplos de cuándo he cruzado mi umbral de control. Este proceso nunca termina; la llamada a expandirnos siempre está presente, aunque a veces no prestemos atención. 
En este artículo, exploramos la conexión entre el liderazgo y la capacidad de fluir con los cambios. Examinar cómo enfrentar la incomodidad inherente a las transiciones puede ser la clave para desbloquear un potencial de liderazgo transformador. 

La resistencia al cambio es una constante en la experiencia humana

A medida que crecemos, enfrentamos desafíos que nos obligan a aprender, a evolucionar, a eso le llamamos crecimiento.
Ya sea en el ámbito personal o profesional, todos podemos identificar situaciones que nos resultan cómodas, problemas que conocemos cómo manejar. Estos desafíos son como entrenamientos para nuestra mente y nuestro espíritu, exigiéndonos superarnos a nosotros mismos. 
Sin embargo, existe un espacio en el que la comodidad se transforma en inquietud, donde los problemas ya no son sólo desafíos sino fuentes de malestar profundo y un sentimiento de vacío. Es, en este punto, dónde nos damos cuenta de que las cosas se atascan, que estamos fuera de nuestras fortalezas y que nos falta la fuerza necesaria para superar los obstáculos.
Este estancamiento, aunque incómodo, es a menudo una llamada a aprender cómo fluir con el cambio. El cambio, por naturaleza, nos saca de nuestro espacio seguro, nos desafía y empuja a crecer de maneras que a veces ni siquiera podemos imaginar. Para los líderes, esta disposición no es solo una virtud, es la esencia misma de un ser humano adaptable, resiliente y efectivo.

Se trata de ampliar lo que te resulta cómodo soportar incómodamente

Es aquí donde se encuentran los más altos niveles de logro, orgullo y satisfacción.
La lección es clara: enfrentar el cambio con valentía y adaptabilidad no solo desbloquea nuevas habilidades y perspectivas, sino que también nos permite alcanzar niveles de excelencia que antes parecían inalcanzables. Al abrazar la incomodidad, nos capacitamos para liderar con confianza y eficacia, inspirando no sólo a nosotros mismos, sino también a aquellos a quienes guiamos en el viaje hacia el crecimiento y la innovación continua. 

Desarrollo del liderazgo, asumiendo desafíos

En la travesía del liderazgo, enfrentarse a los desafíos se convierte en la marca distintiva de un verdadero líder. Los problemas no desaparecen; más bien, los líderes dicen: «Lo resolveré». Esta actitud resuena con una valentía que trasciende las limitaciones autoimpuestas, marcando la diferencia entre aquellos que simplemente administran y aquellos que lideran con resiliencia y visión – generando cambios positivos.
Considera cada desafío como una oportunidad de expansión, como una vía para el crecimiento personal y profesional. Incluso, podrías llegar a verlos como un regalo, una oportunidad disfrazada de dificultad, diseñada para permitirte hacer más, ser más y servir más en tu negocio y en tu vida.

«Puedes quitarme todo lo que tengo, pero no puedes quitarme lo que me he convertido»

En las palabras sabias de Tony Robbins, celebremos, el arte de ponernos incómodos, de abrazar la incomodidad como un camino hacia el crecimiento. 
Que tu viaje de liderazgo esté marcado por la disposición constante de cruzar esos umbrales, porque en cada paso audaz hacia lo desconocido, estás forjando no solo un destino exitoso, sino también un carácter indestructible que perdurará a lo largo del tiempo. 
¡Que tu presencia sea la fuerza que inspire y eleve a aquellos que te rodean!

 

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